lunes, 19 de abril de 2010
LOS ACIERTOS DE BENEDICTO XVI

En el 5º aniversario de la elección del Papa leo en el mundo digital el siguiente titular "Benedicto XVI, cinco años de crisis", un "especial" en el que se resaltan, sin dar datos y con algunas verdades cogidas por los pelos los grandes errores de este Pontificado. Quería dar la vuelta a estos errores y con mas datos convertirlos en lo que han sido ¡ACIERTOS! que han hecho que este mundo en el que vivimos sea mejor.
Pedofilia en la Iglesia: Os remito a las respuestas que se han ido dando en torno a los distintos temas que han desatado la polemica.Hay cifras, todo lo que se dice es la Vrdad, sin tapujos.
http://ventisquero2010.blogspot.com/2010/04/benedicto-xvi-ante-la.html
Africa y los preservativos: podemos no querer entenderlo pero la Verdad dicha con valentia "los preservativos no son la solucion para erradicar el Sida en Africa"....La solucion pasa porque los Paises del 3º mundo quieran que Africa salga adelante ¡pero no interesa!...os dejo con las palabras del Papa:
Al inicio del viaje pastoral a África, durante el vuelo a Camerún, el Papa Benedicto XVI respondió a varias preguntas de los reporteros. Una de las preguntas era: "Entre los muchos males que afligen a África, está en particular el de la difusión del Sida. La postura de la Iglesia católica sobre el modo de luchar contra él es considerada a menudo no realista ni eficaz. ¿Usted afrontará este tema, durante el viaje?"
La respuesta del Papa fue: "Yo diría lo contrario: pienso que la realidad más eficiente, más presente en el frente de la lucha contra el Sida es precisamente la Iglesia católica, con sus movimientos, con sus diversas realidades... Diría que no se puede superar el problema del Sida sólo con eslóganes publicitarios. Si no está el alma, si no se ayuda a los africanos, no se puede solucionar este flagelo sólo distribuyendo profilácticos: al contrario, existe el riesgo de aumentar el problema. La solución puede encontrarse sólo en un doble empeño: el primero, una humanización de la sexualidad, es decir, una renovación espiritual y humana que traiga consigo una nueva forma de comportarse uno con el otro, y segundo, una verdadera amistad también y sobre todo hacia las personas que sufren, la disponibilidad incluso con sacrificios, con renuncias personales, a estar con los que sufren. Y estos son factores que ayudan y que traen progresos visibles. Por tanto, diría, esta doble fuerza nuestra de renovar al hombre interiormente, de dar fuerza espiritual y humana para un comportamiento justo hacia el propio cuerpo y hacia el prójimo, y esta capacidad de sufrir con los que sufren, de permanecer en los momentos de prueba. Me parece que ésta es la respuesta correcta, y que la Iglesia hace esto y ofrece así una contribución grandísima e importante. Agradecemos a todos los que lo hacen."
El Papa dio en el punto crítico de quienes -gobiernos, instituciones y personas- sostienen la solución al flagelo del VIH Sida fundamentados especialmente en el preservativo o condón. Si una persona está contagiada del sida y pretende tener relaciones sexuales, o la persona es sana pero va a tener relaciones sexuales con una persona contagiada, debe saber que el condón no protege al 100%, esto contra la publicidad de "sexo seguro" gracias al condón. De manera que si la propaganda y la distribución de condones favorece las relaciones sexuales con riesgo de contagio -por el margen de no seguridad al 100%-, es un programa que se vuelve contra sí mismo en la erradicación del sida. Por eso el Papa menciona que el uso de los preservativos puede aumentar el problema. Las campañas que se apoyan sólo en la promoción del uso de los preservativos, han conseguido pocos resultados para evitar nuevos contagios de Sida. Por el contrario, las campañas que han defendido el valor y la eficacia de la abstinencia sexual y la fidelidad conyugal, ya han dado frutos significativos: Por ejemplo en Uganda, donde el número de infectados ha pasado del 12-15% de la población en 1991, al 4-5% en 2003.
Ya estando en Camerún, el Papa de alguna manera vuelve al tema, en contexto de familia, diciendo que "la familia representa el pilar sobre el cual está construido el edificio de la sociedad" (Ecclesia in Africa, 80). Y, sin embargo, como todos sabemos, también aquí la familia está sometida a muchas presiones: angustia y humillación causada por la pobreza, el desempleo, la enfermedad y el exilio, por mencionar sólo algunas. Es particularmente inquietante el yugo opresor de la discriminación sobre mujeres y niñas, por no hablar de la práctica incalificable de la violencia y explotación sexual, que provoca tantas humillaciones y traumas. También he de subrayar otro aspecto muy preocupante: las políticas de aquellos que, con el espejismo de hacer avanzar el "edificio social", minan sus propios fundamentos. Qué amarga es la ironía de aquellos que promueven el aborto como una atención de la salud "materna". Qué desconcertante resulta la tesis de aquellos para quienes la supresión de la vida sería una cuestión de salud reproductiva (cf. Protocolo de Maputo, art. 14)."
Pedofilia en la Iglesia: Os remito a las respuestas que se han ido dando en torno a los distintos temas que han desatado la polemica.Hay cifras, todo lo que se dice es la Vrdad, sin tapujos.
http://ventisquero2010.blogspot.com/2010/04/benedicto-xvi-ante-la.html
Africa y los preservativos: podemos no querer entenderlo pero la Verdad dicha con valentia "los preservativos no son la solucion para erradicar el Sida en Africa"....La solucion pasa porque los Paises del 3º mundo quieran que Africa salga adelante ¡pero no interesa!...os dejo con las palabras del Papa:
Al inicio del viaje pastoral a África, durante el vuelo a Camerún, el Papa Benedicto XVI respondió a varias preguntas de los reporteros. Una de las preguntas era: "Entre los muchos males que afligen a África, está en particular el de la difusión del Sida. La postura de la Iglesia católica sobre el modo de luchar contra él es considerada a menudo no realista ni eficaz. ¿Usted afrontará este tema, durante el viaje?"
La respuesta del Papa fue: "Yo diría lo contrario: pienso que la realidad más eficiente, más presente en el frente de la lucha contra el Sida es precisamente la Iglesia católica, con sus movimientos, con sus diversas realidades... Diría que no se puede superar el problema del Sida sólo con eslóganes publicitarios. Si no está el alma, si no se ayuda a los africanos, no se puede solucionar este flagelo sólo distribuyendo profilácticos: al contrario, existe el riesgo de aumentar el problema. La solución puede encontrarse sólo en un doble empeño: el primero, una humanización de la sexualidad, es decir, una renovación espiritual y humana que traiga consigo una nueva forma de comportarse uno con el otro, y segundo, una verdadera amistad también y sobre todo hacia las personas que sufren, la disponibilidad incluso con sacrificios, con renuncias personales, a estar con los que sufren. Y estos son factores que ayudan y que traen progresos visibles. Por tanto, diría, esta doble fuerza nuestra de renovar al hombre interiormente, de dar fuerza espiritual y humana para un comportamiento justo hacia el propio cuerpo y hacia el prójimo, y esta capacidad de sufrir con los que sufren, de permanecer en los momentos de prueba. Me parece que ésta es la respuesta correcta, y que la Iglesia hace esto y ofrece así una contribución grandísima e importante. Agradecemos a todos los que lo hacen."
El Papa dio en el punto crítico de quienes -gobiernos, instituciones y personas- sostienen la solución al flagelo del VIH Sida fundamentados especialmente en el preservativo o condón. Si una persona está contagiada del sida y pretende tener relaciones sexuales, o la persona es sana pero va a tener relaciones sexuales con una persona contagiada, debe saber que el condón no protege al 100%, esto contra la publicidad de "sexo seguro" gracias al condón. De manera que si la propaganda y la distribución de condones favorece las relaciones sexuales con riesgo de contagio -por el margen de no seguridad al 100%-, es un programa que se vuelve contra sí mismo en la erradicación del sida. Por eso el Papa menciona que el uso de los preservativos puede aumentar el problema. Las campañas que se apoyan sólo en la promoción del uso de los preservativos, han conseguido pocos resultados para evitar nuevos contagios de Sida. Por el contrario, las campañas que han defendido el valor y la eficacia de la abstinencia sexual y la fidelidad conyugal, ya han dado frutos significativos: Por ejemplo en Uganda, donde el número de infectados ha pasado del 12-15% de la población en 1991, al 4-5% en 2003.
Ya estando en Camerún, el Papa de alguna manera vuelve al tema, en contexto de familia, diciendo que "la familia representa el pilar sobre el cual está construido el edificio de la sociedad" (Ecclesia in Africa, 80). Y, sin embargo, como todos sabemos, también aquí la familia está sometida a muchas presiones: angustia y humillación causada por la pobreza, el desempleo, la enfermedad y el exilio, por mencionar sólo algunas. Es particularmente inquietante el yugo opresor de la discriminación sobre mujeres y niñas, por no hablar de la práctica incalificable de la violencia y explotación sexual, que provoca tantas humillaciones y traumas. También he de subrayar otro aspecto muy preocupante: las políticas de aquellos que, con el espejismo de hacer avanzar el "edificio social", minan sus propios fundamentos. Qué amarga es la ironía de aquellos que promueven el aborto como una atención de la salud "materna". Qué desconcertante resulta la tesis de aquellos para quienes la supresión de la vida sería una cuestión de salud reproductiva (cf. Protocolo de Maputo, art. 14)."
SEXO Y RELIGION

Sexo y religión
Autor: Alejandro Llano Profesor de Filosofía
Publicado en: La Gaceta (Madrid)
Cambian los motivos o disculpas, pero se mantienen constantes los ataques a la Iglesia Católica. A nadie le sorprende ya que el permanente hostigamiento tenga siempre los mismos orígenes, y acabe por apuntar a Benedicto XVI. Es el enemigo a batir, porque representa un desmentido viviente a la presunta falta de inteligencia y humanidad que achacan a los católicos.
En esta última campaña –cuidadosamente preparada- han recurrido a una acusación que tiene ciertas bases reales y se presenta cargada de morbo. Aunque la temática dista mucho de ser nueva. La secreta actividad sexual de sacerdotes y religiosos es un tópico frecuentado por la novela anticlerical decimonónica, con resultados ocasionalmente tan brillantes como La Regenta de Clarín. El aditamento actual hace que la agresión apunte a algo todavía más morboso: la homosexualidad ejercida contra menores.
Con ello empiezan las paradojas. Porque la liberación sexual y la ideología de género es el tema central de los supuestos progresistas españoles, que han renunciado a las reivindicaciones sociales y a la vanguardia cultural. Lo suyo es, ahora, la promoción de la homosexualidad, el desprecio a la familia y el adoctrinamiento de adolescentes y niños en la práctica temprana del sexo, con especial énfasis en sus variantes menos naturales.
Lo que –según pretenden- les desmarca de una inquietante cercanía con lo que ahora denuncian, es la supuesta libertad de aquéllos a quienes incitan a ejercitarse en modalidades sexuales consideradas por muchos como escasamente éticas. Pero surge inmediatamente la pregunta: ¿acaso son realmente libres los niños y niñas, desde los once años, a quienes se somete a “talleres de masturbación”, “exploración del clítoris” y otras experiencias que da hasta vergüenza nombrar? Y esto no es algo episódico o accidental. En algunas Comunidades Autónomas el erotismo sistemático se considera un capítulo obligado de la Educación para la Ciudadanía, al menos en los centros oficiales. Y la nueva ley del aborto incluye en su propio título la formación afectiva y sexual llevada forzosamente a cabo por instructores preseleccionados en todos los colegios y desde temprana edad. ¿Así entienden los socialistas la libertad en materia tan íntima y personal? Estamos ante un abuso sexual universal y sistemático.
Todo lo cual, evidentemente, no disculpa en absoluto a los clérigos que se aprovecharon de su posición religiosa y docente para actividades injustificables y odiosas. Resulta sospechoso, con todo, que se saquen a la luz con estudiada secuencia tales escándalos -que acontecieron en ocasiones hace varias décadas- y que se denuncie a autoridades eclesiásticas que, en algunos casos, nada tuvieron que ver directamente con los atropellos ni con su ocultación.
Más delicado para la sensibilidad de los propios católicos resulta el permisivismo con el que se ha enfocado este problema en seminarios y centros educativos. No han sido precisamente los religiosos considerados conservadores quienes han abierto la mano ni, quizá, los que han disimulado irregularidades tan penosas. Han sido, más bien, quienes se consideraban en línea de una ética más abierta y progresiva. Y, desde luego, al Cardenal Ratzinger no se le puede acusar, ni en Munich ni en Roma, de ninguna inconsistencia teórica o pastoral. Se sabe muy bien que fue el primero en denunciar y poner coto a los desórdenes que comenzaban a apuntar en la Iglesia.
La revolución cultural y sexual que arranca en 1968 se inspiraba –junto con ideas más interesantes- en una ideología en la cuales se entremezclaban versiones tardías del freudo-marxismo, convencionalmente personalizadas en Herbert Marcuse. La revolución del 68 no fracasó, según pretenden algunos de manera frívola y voluntarista. Penetró en todos los ámbitos sociales, también en los ambientes religiosos, y contribuyó al cambio de costumbres que se ha venido agudizando desde entonces. Realmente es la única revolución que, con estructura marxista, ha triunfado en el siglo XX. Y es aquí, y no en el celibato sacerdotal, donde se encuentran las raíces de estas conductas erráticas que ahora afligen a los católicos y son instrumentalizadas por los enemigos del cristianismo. Poner en el celibato la causa de tales abusos equivale a no tener en cuenta datos elementales de la psicología y la ética.
A la Iglesia Católica se le reprocha con frecuencia una presunta rigidez en cuestiones morales. Si la ética de inspiración cristiana defiende posturas no siempre populares, no es por la aplicación de un código implacable, sino por la defensa de la dignidad intocable de la persona humana. Éste es el motivo por el que siempre ha promovido y practicado las virtudes de la castidad y del pudor. Cosa que ahora los manipuladores aprovechan para hablar de hipocresía. Nos ofenden con ello injustamente a muchos. Y los manipuladores deberían tener muy presente que la acusación de hipocresía se vuelve fácilmente contra los que la lanzan.
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